Milo Lanar, redactora-directora de CN obtuvo el prestigioso premio Mente Veraz otorgado por la Fundacion Alces Libres, radicada en Otawa, Canada y dedicada a la contemplacion de la amplitud de las praderas. Despues de cavilar y cavilar el jurado finalmente se inclino por el trabajo de Lanar en virtud de su calidad de asombro atenida a la verdad, al pie de la letra.
Felicitaciones Milo!
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Recado de Milo: Milo Lanar tuvo a bien hacerles llegar un recado a través mío. Al agradecerle el galardón a la Fundación Alces Libres, les manda a decir que colegas de Venezuela le extendieron una invitación a contemplar la fauna nativa de la reserva del Parque del Este y que vio muchas cosas asombrosas como ser iguanas y ardillas de la especie "nerviosa".Tmbién tomó café con una señora encantadora llamada "Milín" en un café del parque en cuestión mientras los llamados "corocoro" (ibis) correteaban "por la zona". Después vieron a las míticas anacondas, que ella sólo conocía por sus lecturas de Doña Bárbara, novela que leyó en sus años de estudios de periodismo en la Press Canadian University. Un señor que también las miraba les dijo que ellas (las culebras de agua) eran capaces de matar a un toro y describió con detalle la escena llanera que el observó muchas veces, en su condición de llanero que por respeto a los niños que lleen estas páginas ella se abstiene de reproducir. También vieron en el estanque llamado Carlos Guinand unos paticos que se aventuraban en busca de lombrices entre un “montecito” que ella (Milo Lanar) no pudo identificar. “En lo que los paticos iban en su fila patica (para no decir india) –en lo que sin duda era su primera incursión como grandecitos por iban sin su mamá- una gigantesca iguana de la especie sauria gigantae” se aprestaba para asustar a las criaturas que ”parecían moticas amariblancas”. Si dar crédito a las sorprendentes escenas que ocurrían una tras otra ante sus ojos, Milo lanar –siempre en compañía de la dama llamada Milín- avistó lo que desde lejos “parecían objetos movidos por electricidad que bajaban y subían y recorrían por centenares las ramas de un olmo” (samán). Al acercarse, según lo que manda a decir en su recado, vio que se trataba de ardillas, muy nerviosas, chiquitas y no gordas, lo que le pareció rarísimo, color caramelo, que le disputaban a enjambres de abejas algo parecido a caramelos escarlata que pendían del olmo (samán). Aclaró que sin ánimo de defraudar a la Fundación en cuestión y a su lectoría, profirió un grito cuando al entrar a las toilettes del parque vio las paredes tapizadas de la “única cosa que la paralizan”: mariposas, de la especie parda mutante.
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